Cuando un gobierno decide sucederse a sí mismo, su temperamento cambia y sus recursos de análisis de la realidad empiezan a generar conclusiones muy discutibles, estrambóticas a veces.
Eso, unido al carácter irascible de algunos funcionarios, hace que a la administración le pasen inadvertidas algunas señales del entorno que pudieran serle de gran utilidad para la reconducción efectiva de sus políticas e, incluso, para el logro de sus nuevas metas electorales.
Debido probablemente a la sordera resultante de una mutación como la aludida arriba, el Gobierno no está poniendo toda la atención necesaria a las protestas sociales que se han estado verificando desde hace cierto tiempo en el país y que reflejan, sin duda, un significativo grado de descontento.
Que las autoridades no han logrado procesar adecuadamente las demandas de distintos sectores lo demuestra el hecho de que con frecuencia la administración se sitúa a la defensiva, sataniza a su críticos y se esfuerza en hacer creer que toda expresión de desacuerdo o de insatisfacción forma parte de un plan ideado para sabotear la gestión.
Así, sus respuestas han sido tan inadecuadas como el recurso a la fuerza militar para sofocar la manifestación que interrumpió el tránsito en la autopista Duarte cuando moradores de Pedro Brand y de otros lugares cercanos a esa vía exigían, entre otras cosas, reponer el servicio de agua y detener los apagones.
Aunque ha convocado un montón de "diálogos” y reuniones, el gran problema del Gobierno sigue siendo el mismo: no escucha. Se cree dueño de la razón y de la mejor idea del progreso.
Cuando por el rechazo público de una compra, el presidente llama irracionales a sus críticos y el vicepresidente los asocia al narco, hay motivos para pensar que la administración está haciendo, contra sí misma, un fútil ejercicio de soberbia y de sordera que no le viene bien a su propia causa.
El electorado, cuya paciencia no es ilimitada, observa: siempre será menos costoso escucharlo a tiempo.
Fuente: Editoria Clave Digital d/f 7/5/07
Nuestra Opinión:Este editorial habla por si solo, ratifica lo que hemos venido diciendo en múltiples ocasiones, este es un gobierno de intolerantes e irracionales, donde solo ellos tienen razón y el pueblo no.
Vemos la cantidad de amenazas que les han hecho a los organizadores de las protestas populares, para coartar la libre expresión de los pueblos.
Entendemos que a veces la rebeldía es buena, para acordarles a los gobiernos que existe un pueblo.
Vemos la cantidad de amenazas que les han hecho a los organizadores de las protestas populares, para coartar la libre expresión de los pueblos.
Entendemos que a veces la rebeldía es buena, para acordarles a los gobiernos que existe un pueblo.
1 comentario:
solo nos queda esperar que el gobierno se focalice en los verdaderos problemas del pueblo dominicano y se deje de hacerle caso a sus genios que al parecer no viven en este pais porque muchas de las movidas del gobierno han sido enfocadas en problemas que nos son prioritarios para la gran mayoria
solo le ruego a Dios que a fin de cuentas ese "metro de santo domingo" funcione para que este pais no coja fuego, porque despues que cogieron el dinero SUYO Y MIO para invertirlo en algo que francamente no era necesario
esperemos que la huelga transcurra pacificamente sin llevar luto a ningun hogar dominicano y que el pueblo exprese su descontento
le pido a Dios que el 16 de agosto cambien la mayoria del gabinete a ver si ponen a gente que en verdad quiera hacer su trabajo bien hecho y no estar buscando camara para figurear en los titulares como el secretario de interior y policia o el ineficiente jefe de la policia
al PLD que recuerde que el pueblo que los puso a gobernar tambien los puede sacar...........
La Voz del Pueblo
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